Queridos hijos, Yo soy vuestra Madre y os amo. Vengo del Cielo para llamaros a la santidad. El camino hacia la santidad está llena de obstáculos, pero quién camina con el Señor siempre gana. Sed honestos en vuestros actos y en todo imitad Mi Hijo Jesús. Estad atentos. Cuando das poder a los hombres y mujeres sin compromiso con Dios, el resultado es siempre la corrupción. La corrupción en el Brasil se ha convertido en una epidemia que a cada día contamina Mis pobres hijos. Yo soy vuestra Madre Dolorosa y sufro por aquello que viene para vosotros. Doblad vuestras rodillas en oración. No permitáis que el demonio os esclavice. Sois del Señor y sólo Él debéis seguir y servir. No quiero obligaros, pero lo que digo debe ser tomado en serio. No crucéis los brazos. He aquí el tiempo oportuno para vuestro regreso. No os olvidéis: a quién mucho se da, mucho se le cobrará. Os pido que mantengáis encendida la llama de vuestra fe. Creed firmemente en el poder de Dios. Él está en control de todo. Cuando todo os parece perdido vendrá a vosotros la victoria de Dios. Coraje. No habrá derrota para los que viven Mis llamadas. Yo rogaré a Mi Jesús por vosotros. En estos días intensificad vuestras oraciones por la Iglesia. El demonio causará confusión. Amad y defended la verdad. No retrocedáis. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.