Queridos hijos, coraje. Dios está en control de todo. A vuestros ojos todo parece no tener solución, pero el Señor está atento a las oraciones de los Sus hijos. No os desaniméis. La humanidad beberá el cáliz amargo del sufrimiento. Muchos se arrepentirán de la vida vivida sin la Gracia de Dios y para muchos será tarde. La humanidad camina enseguecida espiritualmente y ha llegado el momento de vuestro regreso. Dios habla y vosotros debéis escucharlo. Cuando el hombre rechaza la Gracia de Dios, construye su propia ruina. El pecado contaminó a Mis pobres hijos y los alejó del camino de la salvación. Dios me envió para llamaros a la conversión. Recordad hoy el Mensaje de Dios a los hombres dirigida por medio Sofonías. Tomad en serio aquello que el Cielo os dice. Llegará el día en que seréis sorprendidos por un Gran Castigo, pero aquellos que escuchan Mis llamadas serán protegidos, pues la obediencia y la fidelidad de Mis devotos os llevará a la Gracia y a la Misericordia del Señor. Estos experimentarán gran alegría y ningún daño os afectará. Adelante con alegría. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.