Queridos hijos, confiad en Jesús y saldréis victoriosos. Llenaos de Su Amor, pues solamente así seréis capaces de amar y perdonar. La humanidad está enferma porque los hombres se han alejado del Creador y se han apegado a las cosas materiales. Alejaos de todo aquello que pasa y buscad los Tesoros de Dios para vuestras vidas. La semilla del mal se esparcirá a cada día y Mis pobres hijos caminarán como ciegos guiando a otros ciegos. Doblad vuestras rodillas en oración y acoged el Evangelio de Mi Jesús. El humo del demonio contaminará a muchos consagrados y la llama de la fe se apagará en muchos corazones. Sufro por aquello que viene para vosotros. ¡Coraje! Yo soy vuestra Madre y estaré siempre con vosotros. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.