Queridos hijos, confiad en Jesús. Vuestra victoria está en Él. Cuando sintáis el peso de las grandes dificultades, llamad por Jesús. Él vendrá en vuestro socorro. Muchas veces, la barca de Pedro fue golpeada por grandes tormentas. Ni Pedro ni sus compañeros conseguían controlar la barca, pero cuando todo parecía perdido, Jesús calmaba la tempestad. Os pido que intensifiquéis vuestras oraciones por la Iglesia de Mi Jesús. Grandes tormentas vendrán y la gran embarcación será golpeada. Como en el pasado, solamente Jesús salvará la embarcación del naufragio. Rezad por los valientes soldados de sotana. Suceda lo que suceda, depositad vuestra confianza en Jesús. Vientos contrarios vendrán contra la embarcación, pero quien confíe en Jesús será salvado. ¡Coraje! Nada ni nadie puede contra los Planes de Dios. Sed fieles a Jesús y a Su verdadera Iglesia. Yo soy vuestra Madre y he venido del Cielo para ayudaros. ¡Coraje! Yo rogaré a Mi Jesús por vosotros. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.