Queridos hijos, luchad en primer lugar por la salvación de las almas. Vosotros sois preciosos para el Señor y Él quiere salvaros. No os preocupéis demasiado con los bienes materiales. Todo en esta vida pasa, pero la Gracia de Dios en vosotros será Eterna. No os olvidéis: Mi Jesús os pedirá cuentas de todo lo que hagáis en esta vida. Recordad siempre: En todo, Dios en primer lugar. Tened confianza, fe y esperanza. El mañana será mejor para los justos. Aún veréis horrores sobre la Tierra, pero quien está con el Señor vencerá. Vivís en el tiempo de la gran ceguera espiritual. El demonio ha conseguido contaminar a muchos de Mis pobres hijos y ellos caminan hacia el fango de las falsas doctrinas. Estad atentos para no ser engañados. En Dios no hay verdad a medias. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.