Queridos hijos, coraje! Mi Jesús necesita vuestro testimonio público y valiente. La humanidad ha perdido la paz porque los hombres se han alejado de las enseñanzas de Jesús. Mis pobres hijos caminan como ciegos guiando a otros ciegos por culpa de los malos pastores. Volved deprisa. Yo soy vuestra Madre Dolorosa y sufro por aquello que viene para vosotros. Camináis hacia una gran y dolorosa persecución. Los hombres y mujeres de fe serán silenciados y la verdad estará presente en pocos lugares. Dejad que la voz de la verdad se difunda por todas partes. Hay muchos corazones que necesitan del Amor de Mi Jesús. Ayudad a todos. No retrocedáis. Lo que tengáis que hacer, no lo dejéis para mañana. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.