Queridos hijos, volved deprisa a Áquel que es vuestro Único Camino, Verdad y Vida. La humanidad se alejó del Creador y camina hacia un gran abismo espiritual. Convertiros y servid al Señor con fidelidad. No viváis alejados del Señor. Él espera mucho de vosotros. Dad lo mejor de vosotros en la misión que os fue confiada. Buscad fuerzas en la oración, en la Eucaristía y reconciliaros con el Señor por medio del Sacramento de la Confesión. Vendrán días en que los hombres abrazarán falsas doctrinas y la verdad estará presente en pocos corazones. Cuidad de vuestra vida espiritual.Alejaros del mundo y buscad los Tesoros del Cielo. Adelante con valor. Suceda lo que suceda, permaneced fieles al verdadero Magisterio de la Iglesia de Mi Jesús. Este es el mensaje que os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por permitirme reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.