Queridos hijos, amad y defended la verdad. Mi Jesús está con vosotros y espera vuestro sincero y valiente testimonio. Buscadlo siempre. Mi Jesús os ama y os enseño a amar; Subió al Cielo, pero, como os prometió, permanece en Su Iglesia. Él está en la Eucaristía en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. La Eucaristía es el Gran Tesoro de Su Iglesia. Defended sin miedo esta gran verdad y no permitáis que los enemigos os alejen del camino de la salvación. Os dirigís hacia un camino de gran confusión espiritual. Los lobos disfrazados de corderos mostrarán por sus acciones que en efecto son lobos. Estad atentos. Mi Jesús es el vuestro Buen Pastor. Él no os abandonará. Os amo y vine del Cielo para ayudaros. Escuchadme. No permitáis que el demonio venza. Este es el mensaje que os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por permitirme reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.