Queridos hijos, doblad vuestras rodillas en oración. Densas tinieblas caerán sobre la Iglesia y muchos de Mis pobres hijos caminarán como ciegos que guiaran otros ciegos. Los traidores de la fe abandonarán la verdad y confundirán a hombres y mujeres de fe. Sufro por aquello que viene para vosotros. Buscad la Luz del Señor. No permitáis que las tieneblas de las falsas doctrinas os alejen del camino de la salvación. Quedaros con Jesus. En Él está vuestra verdadera liberación y salvación. Amad y defended la verdad y jamás seréis engañados. Dadme vuestras manos y os conduciré a Mi Hijo Jesús. Adelante en la defensa de la verdad. Este es el mensaje que os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por permitirme reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.