Queridos hijos, amad y defended la verdad. Los enemigos causarán gran confusión espiritual en la Casa de Dios. Los demoledores de la fe estarán en todas partes y pocos permanecerán firmes en la verdad. Sufro por aquello que viene para vosotros. Aun veréis horrores en la Casa de Dios. No retrocedáis. El silencio de los justos refuerza a los enemigos de Dios. Creed en el Evangelio. No permitáis que el demonio venza. He aquí el tiempo de dolores para vosotros. Orad. Sólo por la fuerza de la oración podéis permanecer en la verdad. Yo soy vuestra Madre y os amo. Escuchadme. Mi Jesús espera vuestro testimonio público y valiente. Adelante en en amor y la verdad. Este es el mensaje que os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por permitirme reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.