Queridos hijos, con valor asumid vuestro verdadero papel de cristianos. Sois del Señor y sólo a Él debéis seguir y servir. No temáis. Todo en esa vida pasa, pero la Gracia de Dios en vosotros será Eterna. Vivís en el tiempo de dolores. Buscad fuerzas en las Palabras de Mi Hijo Jesús, pues sólo así no seréis engañados por las novedades del mundo. Sed fieles al verdadero Magisterio de la Iglesia de Mi Jesús. Os pido que mantengáis encendida la llama de vuestra fe. Mi Jesús está con vosotros, aunque no lo veáis. Un hecho asombroso sucederá en la Casa de Dios y removerá la fe de muchos. Estad atentos. Escuchadme. Suceda lo que suceda, no os alejéis de la verdad. Os amo y siempre estaré con vosotros. Este es el mensaje que os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por permitirme reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.