Queridos hijos, testimoniad a Jesús delante de los hombres y seréis grande a los Ojos del Padre. Llegará el día en que muchos fervorosos en la fe serán engañados y llevados al error. Las falsas enseñanzas llevarán a los hombres a dudar de los dogmas y habrá una gran crisis de fe. Muchos elegidos para defender la verdad actuarán como Pilatos: Ellos verán las injusticias cometidas en contra Mi Hijo Jesús y, por miedo a perder aquello que poseen, se lavarán las manos. Los traidores de la fe se unirán y cambiarán muchas verdades. Sufro por aquello que viene para vosotros. Doblad vuestas rodillas en la oración. He aqui el tiempo de dolores para los justos. Amad y defended la verdad. No os olvidéis de las lecciones del pasado, ellas os permitirán caminar en la verdad. Coraje. Permaneced con Jesús. Buscadlo siempre en la Eucaristía y dejaos conducir por Él a través de Su Evangelio. Adelante en el camino que os he señalado. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.