Queridos hijos, días de oscuridad vendrán y los fieles beberán el cáliz amargo del sufrimiento. Los que aman la verdad, serán perseguidos y silenciados. Sufro por aquello que viene para vosotros. Defended a Jesús y Su Evangelio. No temáis. Mi Jesús necesita vuestro testimonio sincero y valiente. Vivís em el tiempo de la Gran Batalla Espiritual. En las manos el Santo Rosario y las Sagradas Escrituras; En el corazón el amor a la verdad. Vuestra recompensa será grande si permanecéis en la verdad. No quiero obligaros, pero escuchadme. Os amo y estaré a vuestro lado. No perdáis la esperanza. Yo rogaré a Mi Jesús Por vosotros. Adelante. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.