Queridos hijos, vengo del cielo para bendeciros y deciros que este es el momento oportuno para convertiros. No crucéis los brazos. No permitáis que la oscuridad del pecado os aleje del camino en que os conducirá a Mi Hijo Jesús. Vivís en un tiempo peor que el tiempo del diluvio. Doblad vuestras rodillas en oración, pues sólo así podéis contribuir al triunfo definitivo de Mi Inmaculado Corazón. Sufro por aquello que viene para vosotros. Los hombres se alejaron de Dios y la criatura es más valorada que el Creador. Mis pobres hijos caminan como ciegos guiando a otros ciegos.Arrepentiros y volved a Jesús. Él es vuestro Todo y sin Él nada podéis hacer. Mis pobres hijos necesitan aceptar el amor de Dios, pues sólo así encontrarán la paz. Sois importantes para la realización de Mis planes. Decid a todos que Dios tiene prisa. El terror llegará a Corea del Norte y Mis pobres hijos cargarán pesada cruz. Días difíciles están llegando para la India y Pakistán. Rezad. Sólo en la oración encontraréis la fuerza para soportar el peso de la cruz. Coraje. No retrocedáis. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.