Queridos hijos, camináis hacia un futuro de grandes y dolorosas pruebas. Rezad. Sólo por que la fuerza la oración encontraréis la gracia para soportar el peso de la cruz. No os desaniméis. No hay victoria sin cruz. Fuego en el hielo: He aquí la razón del dolor para muchos de Mis pobres hijos. No os alejéis del camino que os he señalado a lo largo de estos años. Yo vine del cielo para llamaros a la conversión sincera. Escuchadme. Lo que tienes que hacer, no lo dejéis para mañana. Adelante con valentía. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.