Queridos hijos, sois importantes para la realización de Mis planes. Abrid vuestros corazones y aceptad la voluntad de Dios para vuestras vidas. No os desaniméis. El Señor está con vosotros. Cuando sintáis el peso de la cruz, y llamad por Él y seréis fortalecidos. Animaos y asumid vuestro verdadero papel de cristianos. La humanidad se ha contaminado con el pecado y necesita ser curada. Arrepentiros sinceramente y volveos a Aquél que ve en lo oculto y os conoce por vuestro nombre. Permaneced firmes en el camino que os he señalado. Acercaros al confesionario y buscad la fuerza en la Eucaristía. En Jesús encontraréis la fuerza para vuestra camino. Sólo Su gracia os traerá la verdadera liberación. Doblad vuestras rodillas en oración. Un acontecimiento doloroso se dará en Puerto Elizabeth.Semejante sufrimiento vivirán los habitantes de Victoria. Rezad, rezad, rezad. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.