Queridos hijos, coraje. No os desaniméis. Dios está muy cerca de vosotros. Confiad en Aquél que ve lo que está oculto y os conoce por vuestro nombre. Tened confianza, fe y esperanza. En Dios no hay derrota. Volveos a Él y saldréis victoriosos. La humanidad camina hacia el abismo de la destrucción que los hombres prepararon con sus propias manos. No os alejéis de la oración. Necesito cada uno de vosotros. Sed fieles y en todo imitad Mi Hijo Jesús. No retrocedáis. Yo soy vuestra Madre y soy incansable. Os llamo porque deseo conduciros a Aquél que es vuestro único y verdadero Salvador. Un acontecimiento asombroso se llevará a cabo en China y se repetirá en Chile. La famosa cordillera descenderá y Mis pobres hijos han de llorar y lamentarse. Sufro por aquello que viene para vosotros. Permaneced firmes en el camino que os he señalado. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.