Queridos hijos, amad y defended la verdad. Acoged con alegría y coraje el Evangelio de Mi Hijo Jesús para ser salvados. No os apartéis del camino que os he señalado. No quiero obligaros, pero lo Yo digo debe ser tomado en serio. Doblad vuestras rodillas en oración por la Iglesia. Aún tendréis grandes pruebas. La Iglesia de Mi Jesús experimentará el peso de la tribulación y llegará a Ella el calvario. Habrá gran persecución a la Iglesia. Los dogmas serán despreciados y los hombres y mujeres fe serán perseguidos. Muchos consagrados serán perseguidos y asesinados, las leyes serán creadas y la Iglesia encontrará obstáculos para anunciar la verdad. Sufro por aquello que viene a vosotros. Sed fuertes y firmes en la fe. Yo soy vuestra Madre y siempre estaré cerca de vosotros. Suceda lo que suceda, no dejéis que el demonio venza. Sois del Señor. En Él está vuestra victoria. Adelante. Un escándalo sacudirá el mundo. La máscara del demonio caerá. Lo que fue anunciado como verdad es el fruto de la falsedad. Rezad. El demonio quiere destruir Mis planes. Escuchadme. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.