Queridos hijos, doblad vuestras rodillas en oración. La humanidad cargará pesada cruz cuando la Tierra pierda su movimiento normal. Habrá una descontrol en la fuerza gravitacional de la Tierra que atraerá el gigante que está distante. No os alejéis de la oración. Dios quiere salvaros, mas debéis hacer vuestra parte. La geografía de la Tierra cambiará. Llegará el día en que la vida de los hombres no será más la misma. No os atemoricéis. Los que están con el Señor experimentarán la victoria. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.