Queridos hijos, camináis hacia un futuro de grandes confusiones espirituales. Los que aman y defienden la verdad serán perseguidos y lanzados fuera. Los enemigos se unirán y la venganza vendrá del trono. Sufro por aquello que viene para los justos. No os desaniméis. Mi Jesús está con vosotros. Anunciad sin miedo el Evangelio de Mi Jesús y las enseñanzas del verdadero Magisterio de Su Iglesia. El fango de las falsas doctrinas se extenderá, pero la verdad vencerá. La Victoria de Dios vendrá para Su Iglesia. ¡No retrocedáis! El silencio de los justos fortalece a los enemigos de Dios. Adelante por el camino que os he señalado! No os apartéis de la oración y de la Eucaristía. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.