Queridos hijos, lo abominable será abrazado y en toda parte habrá gran ceguera espiritual. Os pido que viváis alejados del pecado y que busquéis en primer lugar las cosas del Cielo. Es en esta vida, y no en otra, donde debéis dar testimonio de que sois de Mi Hijo Jesús. El mal uso de la libertad llevará muchas almas a la perdición. Sufro por aquello que viene para vosotros. No os apartéis de la verdad. Lo que tengáis que hacer, no lo dejéis para mañana. Yo os amo y espero vuestro Sí al Llamado de Mi Hijo Jesús. No lo olvidéis: Todo en esta vida pasa, pero la Gracia de Dios en vosotros será Eterna. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.