Queridos hijos, imitad a Juan el Bautista en su fe y coraje. La Fuerza de Dios está con los justos. No temáis. Camináis hacia un futuro en el que pocos tendrán el coraje de Juan el Bautista. Muchos retrocederán por miedo y la verdad estará presente en pocos corazones. Yo soy vuestra Madre y os amo. He venido del Cielo para ayudaros. Escuchadme. No quiero obligaros, pero tomad en serio Mis Llamados. Vosotros sois del Señor y solamente a Él debéis seguir y servir. Suceda lo que suceda, quedad con Jesús. Cuando sintáis el peso de las dificultades, llamad por Jesús. En el silencio y en la oración podéis escuchar Su Voz. ¡Adelante sin miedo! Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.