Queridos hijos, sois del Señor y sólo a Él debéis seguir y servir. Vivís en un tiempo peor que el tiempo del Diluvio. Estad atentos para no ser engañados. Mi Jesús está con vosotros. No temáis. Cuidad de vuestra vida espiritual y vivid vueltos al Paraíso, para el cual únicamente fuistes creados. La gran embarcación avanza hacia un gran naufragio. Sufro por aquello que viene para vosotros. Los fuertes vientos de las falsas doctrinas alcanzarán la gran embarcación y el dolor será grande para los hombres y mujeres de fe. Quedaros con Jesús. No os alejéis del camino que os he mostrado. Cuando todo os parezca perdido, el Señor actuará en favor de los justos. Valor. Os amo y siempre estaré a vuestro lado. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.