Queridos hijos, el Señor os ama. Con esta certeza recurrid por el camino de la santidad, llevando con vosotros los dones que el Señor os ha dado. No dejéis vuestros talentos enterrados. Dios os necesita. Siempre decid vuestro sí a Su llamado. En todas partes predicad el Evangelio y decid a todos que este es el momento oportuno para vuestro regreso al Dios de la salvación y de la paz. Llegará el día en que los hombres hán de arrepentirse de la vida alejada del Señor, pero para muchos será tarde. Sufro por aquello que viene para vosotros. Rezad. No os alejéis de la oración. La humanidad camina hacia el abismo de la destrucción que los hombres prepararon con sus propias manos. Muchas regiones de la Tierra, hoy habitadas quedarán desiertas. Famosas ciudades estarán en ruinas y el dolor será grande para Mis pobres hijos. Kamchatka: esta es la región de la muerte. Doblad vuestras rodillas en oración. Repito: rezad, rezad, rezad. Yo soy vuestra Madre y sé lo que viene a vosotros. Regresad deprisa. Mi Señor os ama y os espera con los brazos abiertos. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.