Queridos hijos,los invito a asumir el vuestro verdadero papel de cristianos. Decid a todos que no vino del Cielo como una broma. La humanidad está en el camino a la autodestrucción que los hombres prepararon con sus propias manos. El gran dolor de la humanidad será causada por los propios hombres. Lo que anuncié en el pasado se llevará a cabo. Doblad vuestras rodillas en oración. No quiero obligaros, pero lo que digo debe ser tomado en serio. Os pido que mantengáis encendida la llama de vuestra fe. No crucéis los brazos. Mi Jesús os necesita. Abrid vuestros corazones y aceptad la voluntad de Dios para vuestras vidas. Arrepentiros de vuestros pecados y servid al Señor con alegría. Coraje. Yo pediré a Mi Jesús por vosotros. Adelante en el camino que os he señalado. Acoged Mis llamadas y vivid, sobre todo el Evangelio de Mi Jesús. Fortaleceros en la oración y en la Eucaristía. Siempre estaré a vuestro lado, aunque no Me veáis. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.