Queridos hijos, la humanidad se alejó del Creador y camina hacia el abismo de la autodestrucción que los hombres prepararon con sus propias manos. Volveos a Jesús. Él desea llenaros de amor y paz, pero no podéis cruzar los brazos. Sed fuertes y firmes en la fe. Animaos y asumid vuestro verdadero papel de cristianos. Mi Señor necesita de vuestra valentía y disponibilidad. Llevad el Evangelio a aquellos que aún no conocen. Tengo prisa. Sufro por causa de Mis pobres hijos que están alejados. Algunos hombres escogidos por Dios están durmiendo. He aquí el tiempo de despertar. Los responsables de conducir el pueblo de Dios están cruzando los brazos y muchas almas se pierden por falta de conocimiento. Si podeis ofrecer agua limpia, no permitáis que Mis pobres hijos beban agua contaminada. Dios os cobrará a todos. Lo que tienes que hacer, no dejéis para mañana. Los que están en Siazan cargarán pesada cruz. Semejantes sufrimientos vivirán los habitantes de Amsterdam. Rezad, rezad, rezad. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.