Queridos hijos, doblad vuestras rodillas en oración a favor de la Iglesia de Mi Jesús. Aquel que podrá ser Pedro se tornará Judas. Abrirá las puertas a los enemigos y hará sufrir a los hombres y mujeres de Fe. Decid a todos que Dios tiene prisa. No quedéis de brazos cruzados. Yo Soy vuestra Madre y vine del Cielo para conduciros a la Verdad. Abrid vuestros corazones y sed dóciles a Mis llamamientos. No vine del Cielo por diversión. Lo que tengáis que hacer no dejéis para mañana. Este es el mensaje que hoy os transmito en el nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberMe permitido reuniros aquí por una vez más. Yo os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.